Decálogo del vino

Definición: Conjunto de normas o consejos que, aunque no sean diez, son básicos para el desarrollo de cualquier actividad.

Esta es nuestra particular visión

Amarás el vino sobre todas las cosas (pero no más que a tu hígado)

El vino es una de las grandes creaciones de la humanidad, junto con la rueda, el fuego y el WiFi. Aprécialo, pero recuerda que tu hígado también tiene sentimientos y no es inmortal como los mitos griegos.

No tomarás vino en vano (ni en martes random a las 10 AM)

El vino merece contexto, no ser tu compañero de desayuno junto a los cereales. Guárdalo para momentos especiales, o al menos para cuando el sol esté declinando y puedas fingir que eres sofisticado.

Santificarás al viticultor (y respetarás a quien las cuida)

Detrás de cada botella hay alguien que se levanta al alba, se preocupa por el clima más que un meteorólogo y trata las uvas con más cariño que algun@s a sus mascotas. Honra su trabajo.

Honrarás al tinto, al rosado y al blanco (sin discriminación etílica)

No seas racista vinícola. El rosado no es "vino de señoras", el blanco no es "solo para pescado" y el tinto no siempre es "para hombres rudos". Cada vino tiene su momento de gloria, como los actores de Netflix.

No mezclarás el vino con agua (esto no es la Antigua Roma)

El agua ya está dentro del vino en su justa medida. Añadir más es como ponerle ketchup a un buen chuletón: técnicamente posible, pero éticamente cuestionable.

No cometerás sacrilegio de mezclar vinos (no hagas cócteles extraños)

Cada vino es una sinfonía completa. Mezclar un Rioja con un Chablis es como hacer un dueto entre Pavarotti y un karaoke de pueblo: puede sonar, pero no va a sonar bien.

No matarás el momento con una copa inadecuada

Una copa correcta es como un buen sostén: debe dar soporte, realzar las mejores cualidades y permitir que todo respire adecuadamente. No bebas vino en vaso de plástico a menos que sea una emergencia social.

No mentirás sobre tu paladar (ni fingirás que detectas "notas de tabaco húmedo")

Está bien no detectar "matices de cuero con toques de vainilla". Si para ti sabe a "uva rica", es una descripción válida. La honestidad es más refrescante que un Albariño helado.

Considerarás temperatura, color, olor y paladar (en ese orden, por favor)

El vino es como una cita: la primera impresión (temperatura) importa, luego la apariencia (color), después el aroma (olor), y finalmente la personalidad (paladar). No te saltes pasos.

Disfrutarás con moderación y buena compañía

El vino es social por naturaleza. Beber solo está bien ocasionalmente, pero el vino alcanza su máximo potencial cuando se comparte con gente que aprecias. Y recuerda: la moderación es la diferencia entre ser un conocedor y ser una anécdota en la próxima reunión familiar.